24.10.12

Memorias, por Dalia Chávez

Camino, y mientras lo hago te toco. Nos comunicamos de piel a piel con este andar repetitivo que provoca dejar una marca en ti como las huellas y las cicatrices en mí. Rastros ajenos que dejan memorias. 

Hay tantos humanos como caminos recorridos. Los senderos son las cicatrices de la tierra que ha sido tocada por el hombre y si en Baja California habitan 3 millones 155 mil personas, podemos decir que vivimos en una tierra herida. ¿Cuántas veces hemos recorrido el mismo camino sin darnos cuenta? Usar un sendero es recordar una herida. Una herida causada por el hombre en la piel con la que se vive, en la tierra que se habita. Testigo siempre del progreso o la decadencia de la sociedad, la piel de Baja California nos muestra estar lastimada y al mismo tiempo bondadosa: extensiones amplias, campos verdes, cosechas y bonanza natural.

Texto: Dalia Chávez y Marco Tulio Castro.

Hombre del desierto, por Esteban Velázquez

Claroscuro, por Gabriela Esqueda

CLAROSCURO

Claroscuro somos, independientes, presenciales, nacimos de la tierra, crecimos en ella y moriremos con ella, universo que mantenemos con nuestra esencia. Envejecemos ante los embates del tiempo, la costra de nuestros hábitos se hace mas evidente, nos quiebra pero no nos derrumba…

 Texto: Tania Hernandez.

Salvajes, por José Luis Hernández

Salvajes 
No ambiciono más que volver a soñar con mi tierra. No olvidare lo más sagrado que existe en el mundo para el hombre: la familia Por movimientos feroces por sueños violentos con insaciable deseo, con anhelos generados en los suspiros se formaron estos paisajes; los humanos, los artesanos, entre ellos nacieron los salvajes, nosotros. Somos almas, victimas de todos los sueños y todas las pesadillas de la nueva vida. Los sueños emergen de esa oscuridad donde no percibimos con claridad el mundo, viajamos, nos movemos, emigramos, combatimos y alcanzamos una nueva revolución de imaginación. Sonriendo, llorando, luchando y jugando, la vida generosa a sido con ellos y conmigo, es dentro de corazones fervientes de felicidad donde se logra manipular la realidad, es el vacío en el que abrazo a mis hijos, a mis hermanos, a mis padres y mis amigos el mismo que mis manos han querido destrozar. Y observa nuestras manos, tus manos, las de ella, las de él, observa el calor, la fuerza, la honestidad y la entrega de luchar por ser salvajes, observa la violencia con las que han sido tratadas solo por tener un minuto mas, solo por obtener una sonrisa mas. Tengo mis dedos sangrando por comprar las noches, por comprar el viento, por ser la huella de mis pasos hacia el origen de mis latidos. Son sus manos títeres del alma, es su alma escondida en un disfraz, somos nosotros los disfrazados desde el alma, envueltos en pieles heteras, en brazos ajenos; nacemos. Salvajes soñamos, salvajes deseamos y salvaje es mi disfraz. ¿Hoy que piel atas a tu alma, a tu deseo?
 -Guillermo Macias Villanueva-

Por Alan Fortis

Piel quemada, piel seca, piel húmeda por Francisco Cuevas.




Por Martha Torres

CICESE, Museo de Artrópodos de Baja California, por Roberto Arce