Es como el viento. Como las olas del mar, o el olor de la tierra. Llega por todos los sentidos y crea una mezcla extraña de emociones que te llevan, desde las lágrimas a la esperanza.
La danza.
Extremidades exquisitas al movimiento de los silencios interrumpidos por sonidos en sincronía. Inspiradores movimientos, sumamente delicados, con gran fuerza y voluntad de respaldo.
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Por Francisco Cuevas